sábado, 24 de julio de 2010

Sobre interpretación…

Sobre interpretación…
por Mariana Chávez Lara

“El último objetivo que debe perseguir el intérprete es el de revelar al oyente el verdadero contenido y el sentimiento de la composición, lo que solo puede darse mediante una identificación emotiva entre los sentimientos del intérprete y los expresados a través de la música.”
Carl Philipp Emanuel Bach

La Real Academia de la Lengua Española define la palabra interpretar como la acción de expresar o declarar el sentido de algo, principalmente de un texto. Pero cuando nos referimos al texto musical, siendo la música algo tan abstracto, esta definición no basta. Interpretación musical no es tan solo una lectura correcta de las obras, es el hecho de crear un mundo a partir de ese texto.
Para tratar de entender mejor el proceso de interpretación, se entrevistó a cuatro maestros de la Escuela Superior de Música: Ana María Tradatti, Norma García, Roberto Ruiz Guadalajara y Eric Pérez.

La maestra Tradatti explica que para ella la interpretación parte de una lectura minuciosa del texto, de cuidar y respetar absolutamente todo lo que el compositor escribió. Y mientras va profundizándose en esto, van encontrándose significados. Por ejemplo: si hay un forte, el intérprete, con un análisis armónico, rítmico y melódico, va entendiendo lo que quiere decir ese forte, va discerniendo el contexto para un mejor entendimiento de la partitura.

También comenta que las vivencias y la personalidad del ejecutante aparecen automáticamente reflejadas en la interpretación: “Una persona tímida siente un forte distinto a una persona extrovertida”.

Cuando se le preguntó acerca del estilo, la maestra explicó que es fundamental: “El tipo de sonido que voy a utilizar para Bach o el tipo de sonido que voy a utilizar para Beethoven son totalmente diferentes. Un rubato, por ejemplo, cambia de un compositor a otro, dependiendo de su contexto histórico. Los adornos también son muy importantes, además de que cada vez se han hecho más estudios al respecto”…
Todo esto es imposible de separar, todo se relaciona para una buena interpretación, concluye la maestra Tradatti.

Para el maestro Eric Pérez, la interpretación comienza al utilizar la técnica de ejecución, para después darle un sentido actual. “No basta con tocar lo que dice la partitura, hay que darle vida y un sentido que pueda ser claro para los oyentes”.
Comenta que es muy importante un análisis previo, respetando todo lo escrito. Entender lo que el autor quiso decir en su época, para después darle un significado en el contexto actual, “una especie de relectura”.
En cuanto al estilo, señala que es muy relativo, que lo importante en realidad es mantener la intensidad de expresión: “Aunque Bach se toque en el piano romántico, no por ello se traiciona su obra”.
Durante la entrevista, el maestro Pérez menciona la importancia de crear una escuela mexicana interpretativa. Habla de forjar nuestro propio punto de vista, empezando con nuestra propia música.

“La interpretación es ejecutar la obra, pero tratando de devolver los significados que en ella depositó el autor y que van perdiéndose con el paso del tiempo, lo cual implica una técnica y un trabajo para poder rescatar esos significados”; por su parte comenta el maestro Ruiz Guadalajara. Explica, desde el punto de vista de la hermenéutica, la importancia de devolver el significado a la obra, no el de proyectarse a sí mismo en ella, torciéndola con significados equívocos.
Para clarificar esto, menciona que se debe renunciar a esa parte del yo que uno impone a la obra, para poder, así, escuchar la verdadera voz del autor.

Para acercarse a la obra, primero hay que resolver el proceso técnico y de comprensión desde el punto de vista del análisis y la investigación, y “por último, el proceso más difícil hermenéuticamente hablando es el proceso de compartir. Es decir, que dentro de mi bagaje de experiencias hay algunas que me permiten saber lo que el autor quiso decir. Y utilizo la palabra saber con toda precisión, ya que en latín la palabra saber significa haber probado. Solo sabe el que ha probado de las cosas, que es diferente a conocer. Con conocer uno se refiere a esa parte técnica y de estudio. El saber implica el ejercicio de padecer con, el ejercicio de compasión con el autor. Esa es la parte más difícil, es la parte en la que uno se hace verdaderamente artista.”

Al preguntarle sobre la importancia de las experiencias al momento de interpretar, contestó: “Vivimos en un mundo de experiencias virtuales, conocemos mucho, pero sabemos muy poco. Las obras surgen por el saber de los compositores, por la experiencia de las cosas; y, si nos traen noticias a nosotros de nosotros mismos es porque en el fondo tenemos la posibilidad de compartir esas experiencias. Por lo que las experiencias son lo único que tenemos para nutrir la obra y para que sea realmente un ser vivo y expresivo.”

Piensa que no es necesario tocar con instrumentos de la época o representar una ópera como se hacía antes, ya que los significados cambian, pero sí es importante conocer el contexto y el estilo de la pieza.
La maestra Norma García nos platica que, para ella, la interpretación es un trabajo de acercamiento a lo que pudo ser la idea original del compositor. “Evidentemente -dice- no tenemos la certeza de lo que una pieza quiere decir, pero podemos investigar para tener más amplio el abanico de ideas y al final, decidir lo que queremos hacer.”

Remarca la importancia de guardar cierta fidelidad al autor, lo que se consigue por medio de la investigación y de un estudio minucioso de la obra. Aunque también comenta que después de tener todo esto como base, uno como intérprete puede tomar ciertas decisiones. “En toda obra hay que combinar una línea de fidelidad con una posición personal.” Y son estas decisiones las que tienen que ver con la experiencia del intérprete, por eso es que “hay muchas versiones de un mismo intérprete que van cambiando con el transcurso de los años y de sus vivencias”.

El tema del estilo para la maestra García es de suma importancia: “mientras más elementos tiene uno para abordar una obra, más puede descubrir en ella y más puede dar. Hay que tener un conocimiento teórico para contextualizar y enmarcar la obra. Cuando uno llega a tocar y utiliza estos elementos, la música fluye y se encuadra en lo que el compositor creó. No quiero decir que sea la única manera, pero esto permite ir más allá con la pieza.” Siendo la maestra García clavecinista, aborda principalmente repertorio barroco y clásico, por lo que insiste en la necesidad de un arduo trabajo de investigación de la obra: “en la música antigua hay muy pocas indicaciones en la partitura, por lo que hay que tratar de profundizar en la obra conociendo de historia y estilo.” Concluye la maestra García.

En fin, sobre interpretación se puede decir mucho, pero permítanme contarles algo personal. Cuando comenté a mi padre que deseaba dedicarme a la música, me contestó: “podrás tocar un instrumento, pero si no sabes de humanidades, literatura, economía, ciencias, política… si no sabes lo que pasa en tu entorno, tan sólo serás un monito amaestrado con instrumento, un autómata. Tienes que conocer para así poder crear algo y provocar.” Y me parece que crear y provocar es la finalidad de todo intérprete.

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